Distancia y Proximidad
El rol del comportamiento de Margarethe Milow
Cuando como parte del seminario de nivel medio “Mujeres escritoras de diarios (1): Aproximaciones de Género a escritos personales (siglos XVIII – XX)” mi grupo de estudio analizaba [1] el diario de Margarethe Elisabeth Milow nacida Hudtwalcker, yo me quedé pasmada. El aparente candor [2] con el que esta mujer del siglo XVIII escribió sobre asuntos personales me interesó mucho. Ella dirigió su autobiografía a su esposo e hijos (principalmente a las hijas). Yo estaba tan sorprendida en relación a la cantidad de “conocidos” que ella había tenido antes de su matrimonio con el Pastor Johann N. Milow. Como yo lo veía, esto no “encajaba” con la figura que yo tenía formada de una joven mujer del siglo XVIII. A esto se le añadía el hecho de que en sus diarios se despliega un carácter de estilo novelesco y al leer el mismo, me encontré a mi misma entrando en su “destino” llena de excitación. Fueron entonces, ante todo, los conocidos masculinos los que me interesaron al examinar el diario más de cerca. A dos de ellos me gustaría describir acá en detalle [3]. Estos son el tutor privado Flügge y Johann Octav Nolte, el empleado de su padre. Este hecho de su vida ha sido evaluado desde muchos aspectos por Rita Bake y Birgit Kiupel, y también por Ann-Charlotte Trepp y Gudrun Piller [4]. Los estudios de las tres primeras forman junto al diario de Margarethe Milow, mi base para este artículo. Yo he examinado su relato desde la perspectiva del comportamiento de Margarethe Milow. ¿Cómo es que ella misma describe su relación con el sexo opuesto? Exceptuando acá a los hombres de su familia [5]. ¿Hay acaso algún patrón comunicado por la sociedad y reproducido en su diario?
Quién era Margarethe Milow?
Margarethe Elisabeth Milow nació el 2.10.1748 en Hamburgo como el segundo hijo y la hija mayor de Sarah Hudtwalcker, nacida Ehlers, y el mercader Heinrich Jacob Hudtwalcker. Ella era una de los diez hijos. Los Hudtwalckers eran una familia respetable de mercaderes y Margarethe disfrutó las comodidades de una hija de clase media [6]. Ella creció en una edad en la que la filosofía principal era La Ilustración. En el siglo XVIII por ejemplo, emergió la noción de una fase en la juventud en la que la personalidad independiente se desarrolla [7]. Desde el punto de vista de Trepp, es precisamente esta individualidad la que está reflejada en la creciente aparición de autorevelaciones [8]. Un objetivo de la educación era en ese sentido “el ser humano racional estándar”. El ser humano de la Edad de la Ilustración debía hacer lo que él mismo quería, pero debía querer hacer solamente lo que encajaba dentro de la aprobación general. “La supresión completa y el control de los deseos y las pasiones” era lo indicado. Fuertemente estresado en esta idea estaba el control del deseo sexual. Para frenarlo, el contacto entre los chicos y las chicas debía estar prevenido a través de reglas [9]. Los padres de Margarethe Milow hicieron de este criterio de clase media la base de sus prácticas paternales [10]. Y este modelo educacional, en el que la castidad y la virtud [11] eran obligatorios para Margarethe y que eran además críticos para sus relaciones con el sexo opuesto, está también reflejado en su diario.
El sexo opuesto – el primer acercamiento
Trepp escribe que tanto los chicos como las chicas tuvieron ambos desde los últimos años de siglo XVIII la oportunidad de “haber experimentado e internalizado valores que diferían de los de las generaciones de sus padres y abuelos”. Parte de esto era el descubrimiento del sexo opuesto y la búsqueda de una pareja. ¿Cómo se hacían los contactos iniciales y a qué edad? Trepp dice, virtualmente desconocido [12]. En el caso de Margarethe Milow, se sabe ya, que ella tenía doce años cuando tomó conciencia del sexo opuesto. Ella y sus hermanos (su hermano mayor y su hermana menor) fueron invitados a una fiesta. Margarethe describe el encuentro del momento de la siguiente manera: ”Pero el cambio de niña a joven mujer ocurrió aquí, inesperadamente, con mi hermana, que era un año menor, con mi hermano y conmigo. Yo vi a un chico de mi misma edad, con mejillas rojas, pelo negro, y mi infancia terminó” [13]. El tutor de Margarethe tenía la idea de montar una tragedia y una comedia con los chicos de la reunión y durante los ensayos los chicos eran dejados mayormente solos. Ellos usaban la oportunidad para intercambiar besos y jugar [14]. Después de llevar a cabo la obra los chicos pidieron a sus padres realizar en el futuro más reuniones las mismas que fueron concedidas. Margarethe tenía entonces trece y en la primera reunión su chaperona también estuvo presente, sin que Margarethe se diera cuenta sin embargo. Ella describió la tarde en su casa como inolvidable; ella misma la llamó “definitiva” debido a su posterior comportamiento. “Pero yo nunca olvidaré cuando llegamos a casa esa noche. Es la razón de toda mi posterior castidad y virtud”. Esa tarde se volvió definitiva por sobre todo para su futura actitud hacia los hombres. La chaperona la reprendió por comportarse de una manera no adecuada para una “joven señorita bien criada” [15]. De esa tarde en adelante Margarethe se distanció provisionalmente del sexo opuesto. La castidad y la virtud, que constituían el eje fundamental de la educación correcta, se convirtieron entonces en los preceptos supremos [16]. Ella incluso reprimió sus sentimientos para con los hombres [17].
Distancia –la relación con Flügge
Ella se enamoró por primera vez cuando en otoño de 1763 las chicas adquirieron un nuevo tutor: Benedictus Gilbertus Flügge, llamado simplemte Flügge o Fl. en su diario [18]. Él tenía veinticuatro años cuando entró al servicio de la familia Hudtwalcker. Margarethe lo describe como un guapo, joven hombre, y comenta que a él, ella le gustaba también, ya que la trataba diferente que a sus hermanas [19]. Esta especial atención era nueva para Margarethe y ella con las justas y podía esperar para la siguiente lección. La siguiente lección fue similar. El la valoraba cuando ella lo acompañaba a la puerta principal. Ella sentía un cálido sentimiento cuando el llegaba y se ruborizaba cuando él era mencionado y no estaba presente. Margarethe estaba enamorada, pero todo lo que le ocurría le estaba ocurriendo a la distancia: una vez cuando él besó su mano, ella rápidamente la retiró. Después le pidió a su hermana que fuera ella la que lo acompañara a la puerta, para mantenerse fuera de su camino. Él tomó esto muy en serio y Margarethe se arrepintió de haber reaccionado como lo hizo. Ella entonces volvió a acompañarlo a la puerta [20]. Es evidente, por la manera como ella describe su reacción, lo difícil que ella encontraba lidiar con el sentimiento de estar enamorada. Esto se debía primordialmente al principio de virtud y castidad que había sido impuesto en ella. Cuando más tarde Flügge le declaró su amor, ella reaccionó de la misma manera como lo había hecho cuando él besó su mano – alarmada. En sus propias palabras: ”Yo me quedé pasmada, tanto que no pude ni siquiera articular una sola sílaba. Él era mi tutor; yo sentía miedo y respeto por él, pero ciertamente no amor…?! Si, eso también; mi corazón estaba demasiado lleno de sentimientos”. Su reacción no fue lo que él esperaba, ya que ella mantuvo silencio. Él encontró falta en su actitud y simplemente no podía entenderla [21]. Ella reaccionó a toda estas situación con lágrimas y rezó a Dios. Margarethe deseaba ayuda e ideó estrategias para liberarse a si misma de sus conflicto emocional [22]. Los principios de la virtud y la castidad que habían sido inculcados en ella durante sus primeros años aparecieron aquí nuevamente. Amarlo, tal vez si, pero ella no podía mostrárselo. Su gran temor era el de ser seducida y el hacer infeliz a sus padres. Ella escribió: ”¿Qué hubiera sido de nosotros, de mi especialmente, si yo no hubiera estado vigilante, si no hubiera rezado y si no hubiera luchado? Una pobre chica seducida e infeliz que hubiera hecho a sus padres infelices. Pero aquella vez Dios me dio la fuerza para luchar […] [23]. Volverse a Dios fue un patrón de comportamiento constantemente recurrente en Margarethe cada vez que ella se encontraba a si misma en una situación de conflicto; el temor a desgraciar a sus padres es también típico en Margarethe [24]. Ella se distanció cada vez más de Flügge y cuando él se le acercó durante una excursión en ausencia de sus padres y la presionó demasiado, ella se alejó de él decididamente [25]. En sus posteriores descripciones Flügge juega únicamente un “rol menor”. Cuando ella lo menciona, escribe que él la enfadaba con su amor [26]. Estuvo contenta cuando Flügge partió en 1768.
Proximidad – Octav Nolte el gran amor
Su primer amor había terminado y desde hacía mucho había un nuevo hombre en su vida: Johann Octav Nolte [27], el amigo de su hermano y el empleado de su padre. Ella escribe sobre este hombre de la siguiente manera:
”Ahora, yo debo decirte todo sobre este hombre, que tuvo una gran influencia en todo el resto de mi vida […] Su mente era grandiosa, aguda, alcanzando todo al mismo tiempo, su corazón lleno de sentimiento, noble y orgulloso” [28].
Este amor por Octav no estaba de acuerdo a su estrato social y tenía que ser ocultado. Así es que ella no pudo disfrutar este amor tampoco. Margarethe salió una vez en secreto con Octav y se sintió una “pecadora” al hacerlo. Ella incluso usó un velo para evitar ser reconocida. Su conciencia culposa la atormentaba tanto que ella no pudo disfrutar el paseo. El miedo de ser reconocida por alguien era demasiado grande, y por eso ella rápidamente regresó a la casa. A Margarethe le hubiera gustado poder compartir este secreto con su madre o su hermano, pero ella les tenía miedo a los dos. Ella estaba sola con sus sentimientos [29]. Margarethe escribe sobre paseos regulares por las tardes que ella misma se persuadía de hacer. Ella se sentía contenta durante los mismos y los esperaba con ansias, según escribe. Su amor por Octav era para ella puro y noble, pero sin el consentimiento de sus padres, el mismo era incorrecto. Ella escribe: ”[…] nos amábamos el uno al otro como lo hacen pocas almas honestas en esta tierra, y aun así este puro, verdadero, exaltado amor era un pecado, un error, porque era furtivo y nosotros sabíamos con certeza que mis padres nunca lo aceptarían […] [30]. Ellos se comprometieron secretamente el uno al otro ante Dios. Nada más existía para Margarethe que su amor por Octav; incluso la lectura perdió importancia. Con él, ella no se alarmaba ante la proximidad, proximidad a la que había temido tanto en el caso de Flügge [31]. Margarethe Milow se ilusionó con este amor, ya que a pesar de que el mismo no tenía futuro, ella se dejó llevar por la ilusión de tener un futuro con él. Incluso llegó a tener la esperanza de que sus hermanas menores encontraran esposos antes que ella para así pasar desapercibida y poder amar a Octav [32]. Los dos amantes se encontraron clandestinamente un día en una habitación de la casa y de casualidad fueron escuchados por el padre de ella. Las consecuencias para Margarethe fueron atroces [33]. Sus padres le buscaron un esposo adecuado y la castigaron con severidad. Ella sufrió, escribiendo sobre esto: ”De ese momento en adelante todos los placeres de la juventud terminaron para mi. Lágrimas y dolor me acompañaron día y noche. Yo me marchité como una flor en el campo, el amor de mis padres hacia mi y mi confianza, dejaron de existir, todo placer hogareño desapareció de nuestro hogar” [34]. ncluso después del descubrimiento, Margarethe Milow no abandonaría su amor por Octav. Este amor y su relación con él le parecían tan importantes que ella no los terminaba. Trepp nos hace notar que los dos estaban llenos de un inocente amor del tipo descrito en la literatura sentimental del siglo XVIII, especialmente en las novelas de Richardson [35]. Revelarse en contra de los deseos de sus padres era impensable para ella, así, ella no podía casarse con el hombre que amaba. Eventualmente entonces ella accedió y el 17.10.1769 se casó con el Pastor Johann N. Milow.
Closing consideration
Consideraciones finales ¿Qué modelos de roles están reflejados en el diario de Margarethe Milow? Esta fue la pregunta con la que comencé, y yo pienso que la manera como ella describe su relación con los dos hombres elegidos por mi, claramente refleja las ideas educacionales y el concepto del rol de la mujer en ese tiempo. La virtud y la castidad estuvieron por delante tanto en su experiencia con Flügge, así como también, en su relación con Octav Nolte – en el primer caso porque ella aún no sabía como manejar las emociones. Esto también explica sus reacciones de pánico y su reserva para con él. Ella no podía manejar la proximidad que él quería darle y que tal vez incluso pedía. En el caso de Octav ella buscó esta proximidad, y aun así, ella fue derrotada por las expectativas de la sociedad y de sus padres. A pesar de que este amor era lo que ella buscaba, dado que era un amor puro, ella no podía satisfacerlo porque el mismo era intolerable para sus padres. Margarethe escribió su diario autobiográfico en primer lugar para sus hijas, para que ellas no cometieran los mismos errores que su madre. Ella quería que el mismo fuera una advertencia y ejemplo para que les ahorrara el dolor en el corazón que ella misma había sufrido. Rita Bake y Birgit Kiupel escriben que ella no cuestiona las imágenes de clase media de hombres y mujeres, a pesar de que sufrió por las mismas. [36] Y esto está claramente reflejado en su recuento de su vida.
Escrito por: Zuzanna Niedenthal
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